Aminoácidos para plantas
Los aminoácidos, los componentes básicos de las proteínas, son compuestos orgánicos que contienen un grupo amino (-NH2) y un grupo ácido carboxílico (-COOH). Aunque un químico orgánico puede sintetizar miles de aminoácidos, la naturaleza es muy restrictiva y sólo utiliza 20 aminoácidos dispuestos en diferentes secuencias para fabricar proteínas. Todas las proteínas de animales y plantas están formadas exclusivamente por L-aminoácidos (los D-aminoácidos son extremadamente raros en la naturaleza).
Aminoácidos esenciales para el crecimiento de las plantas
Las proteínas son las macromoléculas más abundantes en las células y representan más del 50 por ciento de su peso seco. Se encuentran en todas las células y en todas sus partes constituyentes. Además, las proteínas desempeñan muchas funciones biológicas diferentes, ya que son los instrumentos moleculares mediante los que se expresa la información genética.
Son cuerpos químicos que poseen un grupo “amino” y un grupo “ácido”. Al tener un grupo alcalino y un grupo ácido, pueden comportarse como un ácido o un álcali, dependiendo del pH de la solución en la que se encuentren. Son solubles en agua, incoloros y cristalizables.
Se conocen unos 100 aminoácidos diferentes, pero sólo 20 son componentes naturales de las proteínas. El resto se conocen como aminoácidos no proteicos, ya que no se encuentran en las proteínas. Todas las especies vivas son capaces de sintetizar sus propias proteínas a partir de aminoácidos. Las plantas superiores también sintetizan todos los aminoácidos que necesitan, mientras que los animales necesitan su dieta para obtener los aminoácidos necesarios para la vida. Uniendo el grupo ácido de un aminoácido y el grupo amino de otro, los aminoácidos se unen mediante el puente peptídico, formando los llamados péptidos. Como se ha explicado anteriormente, cuando varios péptidos se unen para formar una cadena corta, se denominan oligopéptidos (dipéptidos, tripéptidos, etc.), y éstos se unen para formar polipéptidos, que a su vez constituyen las moléculas proteicas. Siguiendo un proceso inverso, las proteínas pueden descomponerse en péptidos y éstos, a su vez, en aminoácidos mediante un proceso denominado hidrólisis. Las plantas son capaces de sintetizar aminoácidos a partir de nitrógeno nítrico o amónico, que encuentran en el suelo. Esta síntesis conlleva un gasto energético considerable. TODOS los aminoácidos sintetizados por los seres vivos se encuentran en la forma “L” (levógira) y sólo pueden ser útiles en esa forma en las plantas y otros seres vivos. Las formas denominadas “D” (dextrógiras) no son utilizables para la nutrición de las plantas.
Aminoácidos líquidos para plantas
Los aminoácidos son los bloques de construcción de las proteínas y son componentes primarios en la maquinaria de las células, tanto en humanos como en plantas. De hecho, al igual que las plantas necesitan determinados aminoácidos, los humanos también los necesitamos. La mejor fuente de aminoácidos para los humanos son las plantas.
Por ejemplo, una fuente saludable de proteínas vegetales y aminoácidos es la soja. No es casualidad que el nombre latino de la soja sea glycine max. La soja contiene el nivel más alto del aminoácido glicina que se encuentra en las plantas.
Cuando los microorganismos beneficiosos crecen y se multiplican en un suelo sano y orgánico, producen enzimas que descomponen y digieren la materia orgánica. Una de estas enzimas es la proteasa, que descompone las grandes moléculas de proteína en pequeños aminoácidos que pueden ser absorbidos por las raíces. Este proceso de digestión de las proteínas se denomina hidrólisis enzimática y preserva la estructura biológica, o quiralidad, de las moléculas de aminoácidos.
Los aminoácidos producidos por hidrólisis enzimática tienen una orientación zurda y se denominan L-aminoácidos. Los L-aminoácidos producidos por microorganismos son fácilmente absorbidos por las células vegetales. Los aminoácidos sintéticos producidos por hidrólisis ácida o alcalina tienen orientación diestra y se denominan d-aminoácidos, que no son biológicamente activos. Añadiendo l-aminoácidos derivados de la hidrólisis enzimática directamente al depósito, las plantas cultivadas hidropónicamente responderán de la misma manera que las plantas cultivadas en los mejores suelos orgánicos. Hay que tener cuidado de que ya haya microorganismos beneficiosos antes de introducir material proteínico en la solución nutritiva, porque los organismos perjudiciales también utilizan proteínas y aminoácidos.
Cómo fabricar aminoácidos para las plantas
Los abonos a base de aminoácidos se fabrican mediante hidrólisis o tratamiento enzimático de proteínas animales o vegetales. Los fertilizantes de aminoácidos se absorben, transportan y utilizan fácilmente como fuente de nitrógeno y carbono para las plantas. Así se ahorra la energía que gasta la planta para reducir la materia orgánica, los nitratos sintéticos y el amoníaco en aminoácidos. Algunos aminoácidos son eficaces quelantes de iones metálicos, lo que puede ayudar a la absorción de nutrientes de iones metálicos y a proteger a las plantas de niveles tóxicos de iones metálicos.
Los aminoácidos también funcionan como bioestimulantes para las plantas. Como bioestimulantes, los aminoácidos pueden desempeñar un papel importante en la mejora de la productividad de las plantas, especialmente en condiciones de estrés abiótico y biótico. Estas funciones, combinadas con la capacidad de ser aprobados para uso orgánico, hacen de los aminoácidos producidos de forma sostenible una elección inteligente para los cultivadores.
