Asimilación del nitrógeno
Conocer las necesidades de nitrógeno de las plantas ayuda a los jardineros a cubrirlas con mayor eficacia. Un contenido adecuado de nitrógeno en el suelo es necesario para la salud de las plantas. Todas las plantas necesitan nitrógeno para crecer y reproducirse. Y lo que es más importante, las plantas utilizan el nitrógeno para la fotosíntesis. Aunque las plantas autóctonas están mejor adaptadas a su entorno y a menudo se ven menos afectadas por la carencia de nitrógeno, en plantas como las hortícolas puede ser necesario un suplemento de nitrógeno.
Las buenas cosechas dependen de un suministro adecuado de nitrógeno. La mayor parte del nitrógeno está presente de forma natural en el suelo en forma de contenido orgánico. La deficiencia de nitrógeno en las plantas es más probable en suelos con bajo contenido orgánico. Sin embargo, la pérdida de nitrógeno debida a la erosión, la escorrentía y la lixiviación de nitratos también puede causar deficiencia de nitrógeno en las plantas.
Al descomponerse la materia orgánica, el nitrógeno se convierte lentamente en amonio, que es absorbido por las raíces de las plantas. El exceso de amonio se convierte en nitrato, que las plantas también utilizan para producir proteínas. Sin embargo, los nitratos no utilizados permanecen en las aguas subterráneas, lo que provoca la lixiviación del suelo.
¿Qué plantas necesitan nitrógeno?
Las verduras de hoja verde de todo tipo, incluidos casi todos los cultivos que no se cosechan para obtener raíces (como las zanahorias), brotes (como el brócoli) o frutos (como los pimientos y las judías), necesitan más nitrógeno que fósforo y potasio.
¿Las plantas crecen mejor con nitrógeno?
El nitrógeno es un elemento muy importante y necesario para el crecimiento de las plantas. Se encuentra en suelos sanos y proporciona a las plantas la energía necesaria para crecer y producir frutas y verduras. De hecho, el nitrógeno se considera el componente más importante para el crecimiento de las plantas.
Ciclo del nitrógeno
El nitrógeno, el elemento más abundante en nuestra atmósfera, es crucial para la vida. El nitrógeno se encuentra en los suelos y las plantas, en el agua que bebemos y en el aire que respiramos. También es esencial para la vida: un componente clave del ADN, que determina nuestra genética, es esencial para el crecimiento de las plantas y, por tanto, necesario para los alimentos que cultivamos. Pero, como en todo, la clave está en el equilibrio: con muy poco nitrógeno, las plantas no pueden desarrollarse, lo que reduce el rendimiento de los cultivos; pero demasiado nitrógeno puede ser tóxico para las plantas y dañar el medio ambiente. Las plantas que no tienen suficiente nitrógeno se vuelven amarillentas, no crecen bien y pueden tener flores y frutos más pequeños. Los agricultores pueden añadir fertilizantes nitrogenados para producir mejores cosechas, pero en exceso puede dañar a plantas y animales, y contaminar nuestros sistemas acuáticos. Comprender el ciclo del nitrógeno -cómo el nitrógeno se desplaza de la atmósfera a la tierra, a través de los suelos y de vuelta a la atmósfera en un ciclo sin fin- puede ayudarnos a cultivar cosechas sanas y a proteger nuestro medio ambiente.
El nitrógeno, o N, según su abreviatura científica, es un elemento incoloro e inodoro. El nitrógeno está en el suelo bajo nuestros pies, en el agua que bebemos y en el aire que respiramos. De hecho, el nitrógeno es el elemento más abundante en la atmósfera terrestre: ¡aproximadamente el 78% de la atmósfera es nitrógeno! El nitrógeno es importante para todos los seres vivos, incluidos nosotros. Desempeña un papel clave en el crecimiento de las plantas: si hay muy poco nitrógeno, las plantas no pueden desarrollarse, lo que provoca un bajo rendimiento de los cultivos; pero demasiado nitrógeno puede ser tóxico para las plantas [1]. El nitrógeno es necesario para nuestro suministro de alimentos, pero un exceso de nitrógeno puede dañar el medio ambiente.
Nitrógeno para las plantas
De todos los nutrientes esenciales, el nitrógeno es el que con más frecuencia limita el crecimiento de los cultivos. El nitrógeno es el nutriente que normalmente produce la mayor respuesta de rendimiento en las plantas de cultivo, promoviendo un rápido crecimiento vegetativo y dando a la planta un color verde saludable.
No se recomienda añadir nitrógeno a los cultivos de leguminosas como la soja, ya que fabrican su propio suministro de nitrógeno. Los organismos del suelo fijadores de nitrógeno (rhizobium) asociados a las raíces de las leguminosas captan el nitrógeno atmosférico y lo ponen a disposición de la planta.
Síntomas de deficiencia de nitrógenoLas plantas que carecen de nitrógeno tienen un crecimiento muy lento y un aspecto débil y atrofiado. Las hojas más viejas tienen un color verde claro o amarillo. Como el nitrógeno es móvil en la planta y se desplaza hacia donde se necesita, estas hojas más viejas y bajas son siempre las primeras en mostrar síntomas de deficiencia.
Nitrógeno del suelo
El nitrógeno es el nutriente más esencial en la producción de cultivos, pero también uno de los más difíciles de trabajar. El compuesto es fundamental para la producción mundial de cultivos -sobre todo de los principales cereales-, pero mientras en muchas partes del mundo no hay suficiente para lograr la seguridad alimentaria y nutricional, en otras el exceso de nitrógeno procedente de los fertilizantes se filtra al medio ambiente con consecuencias perjudiciales.
Aunque constituye una gran parte del aire que respiramos, la mayoría de los organismos vivos no pueden acceder a él en esta forma. El nitrógeno atmosférico debe pasar por un proceso natural llamado fijación del nitrógeno para transformarse antes de poder ser utilizado para la nutrición de las plantas.
Tanto en las plantas como en los seres humanos, el nitrógeno se utiliza para fabricar aminoácidos -que forman las proteínas que construyen las células- y es uno de los componentes básicos del ADN. También es esencial para el crecimiento de las plantas porque es un componente principal de la clorofila, el compuesto mediante el cual las plantas utilizan la energía de la luz solar para producir azúcares a partir de agua y dióxido de carbono (fotosíntesis).
El ciclo del nitrógeno es el proceso a través del cual el nitrógeno pasa de la atmósfera a la tierra, a través de los suelos y se libera de nuevo a la atmósfera – convirtiéndose dentro y fuera de sus formas orgánicas e inorgánicas.