Síntomas de la antracnosis del mango
El mango pertenece a la familia de las anacardiáceas y es una de las frutas tropicales y subtropicales más importantes del mundo. Se le llama el rey de las frutas por su valor nutritivo, su atractiva fragancia, su sabor y sus cualidades beneficiosas para la salud.
Es una de las frutas más deliciosas que se cultivan en la India. Sólo la India produce casi el 80% del mango mundial. Una cantidad considerable se exporta a distintas partes del mundo. El cuidado de los árboles de mango debe incluir la vigilancia de plagas y enfermedades. Hay que tratar estas plagas y enfermedades a medida que aparecen con pesticidas orgánicos, controles culturales y biológicos o aceites hortícolas.
De todas las plagas del mango, los saltamontes se consideran principalmente como la plaga más grave y extendida por todo el país. Un gran número de ninfas e insectos adultos perforan y chupan la savia de las partes tiernas, reduciendo así el vigor de las plantas de mango. La fuerte perforación y también el drenaje continuo de la savia provocan el rizado y la desecación del tejido infectado.
¿Cómo deshacerse de la antracnosis en un árbol de mango?
Los fungicidas siguen siendo la forma más popular y económica de tratar los mangos contra la antracnosis. El tratamiento de los árboles de mango antes de que se desarrolle la fruta y antes de la cosecha es clave para mantener la enfermedad bajo control, y los tratamientos de seguimiento después de la cosecha retrasan aún más la aparición de la enfermedad.
¿Qué fungicida es mejor para los árboles de mango?
Fungicida para un árbol de mango
El mejor fungicida para la antracnosis es probablemente uno que contenga cobre, aconseja el IFAS de la Universidad de Florida. Otras opciones son los productos que contienen clorotalonil, propiconazol o tiofanato-metil, aconseja el Programa Estatal de Gestión Integrada de Plagas de la Universidad de California.
Enfermedades del mango y control
El mango se cultiva en la India desde hace más de 4.000 años y llegó a América en el siglo XVIII. Hoy en día se pueden encontrar en muchas tiendas, pero tiene más suerte si tiene su propio árbol. Pueden ser deliciosos, pero los árboles son susceptibles a varias enfermedades del mango. Tratar un mango enfermo significa identificar correctamente los síntomas de la enfermedad. Siga leyendo para conocer las enfermedades del mango y cómo tratarlas.
Los mangos son árboles tropicales y subtropicales que prosperan en regiones con temperaturas cálidas. Originarios de la India y el sudeste asiático, los árboles son especialmente susceptibles a dos enfermedades del mango: la antracnosis y el oídio. Ambas enfermedades fúngicas atacan las panículas emergentes, las flores y los frutos.
De las dos enfermedades, la antracnosis (Colletotrichum gloeosporioides) es la que afecta más gravemente a los mangos. En el caso de la antracnosis, los síntomas de la enfermedad del mango se manifiestan en forma de lesiones negras, hundidas y de forma irregular que crecen dando lugar al tizón de la flor, manchas en las hojas, manchas en los frutos y, finalmente, podredumbre. La enfermedad se ve favorecida por las condiciones de lluvia y las fuertes precipitaciones.
El mejor fungicida para los árboles de mango
La antracnosis del mango está distribuida por todos los países tropicales y subtropicales del mundo. La enfermedad se registra en Australia, Asia, Europa, África, el Caribe, América del Norte, Central y del Sur. En India, la enfermedad prevalece en los estados productores de mango.
Los síntomas de la enfermedad aparecen en las hojas (manchas), pecíolos, ramas (tizón), inflorescencias (panículas) y frutos (podredumbre). Las hojas infectadas muestran manchas de color bronceado a marrón oscuro en los márgenes. En las hojas jóvenes de color bronce y verde pálido aparecen lesiones semicirculares. Con el tiempo, la lesión se desprende de las hojas. En las hojas viejas, las manchas aparecen en forma de carbón y las hojas se curvan.
Los frutos infectados desarrollan manchas de color marrón oscuro a negro, que aumentan de tamaño y se unen. Estas manchas pueden penetrar más profundamente en los tejidos de la fruta y causar podredumbre. Puede producirse la caída prematura de la fruta. Los síntomas en la fruta verde infectada no son visibles hasta la maduración. Un síntoma peculiar de la enfermedad son las diversas regiones lineales necróticas de color negro (mancha lagrimal), que están marcadas por el agrietamiento de la epidermis, dando aspecto de piel de cocodrilo.
Enfermedad del tronco del mango
El mango, Mangifera indica, es un árbol de hoja perenne de la familia Anacardiaceae que se cultiva por su fruta comestible. El mango es un árbol erguido y ramificado con un tronco grueso y una copa ancha y redondeada. Sus hojas son brillantes y de color verde oscuro. Son elípticas o lanceoladas, con pecíolos largos y textura coriácea. El árbol produce densos racimos de flores con pétalos de color rosa crema en panículas ramificadas. El fruto del mango es de forma aproximadamente ovalada, con lados desiguales. El fruto es una drupa, con una pulpa exterior que rodea un hueso. La pulpa es blanda y de color amarillo anaranjado brillante. La piel es de color amarillo verdoso a rojo. El mango puede alcanzar los 45 m de altura y vivir más de 100 años. Se cree que el mango es originario de la India o Birmania (Myanmar).
Los mangos crecen mejor en climas tropicales o subtropicales donde no hay peligro de heladas y especialmente en zonas donde las precipitaciones durante los cuatro meses de verano (junio a septiembre) alcanzan de 75 a 250 cm y van seguidas de 8 meses de tiempo seco. Los árboles crecen óptimamente a temperaturas de 24-27°C (75,2-80,6°F) con una estación seca relativamente fresca y donde el calor es mayor durante la floración y la fructificación. Los mangos toleran casi cualquier suelo, siempre que tenga un buen drenaje. El crecimiento óptimo se logrará en suelos ricos, profundos y bien drenados. Sin embargo, los suelos muy ricos favorecen el crecimiento vegetativo a expensas de la producción de flores y frutos, por lo que deben evitarse. Los árboles también crecen bien en suelos de arena, grava y piedra caliza. El pH óptimo del suelo oscila entre 5,5 y 7,5. Los árboles deben estar situados a pleno sol para una producción óptima de fruta.